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5/7/15

Cómo crear un personaje ficticio



Un amigo me lo preguntó y comencé respondiendo «fácil»… para luego atiborrarlo con un discurso de una hora acerca de esto y aquello que componen a un personaje, los sí y los no, etcétera. No fue una explicación para nada fácil.

Porque en realidad crear un personaje complejo y verosímil no es tan fácil como parece. A mí me resulta fácil hasta cierto punto, porque los personajes simplemente se presentan ante mí y yo los ayudo a crecer; ese es mi súper poder mutante. Pero no todos tienen la misma suerte que yo.

¿Cómo se crea un personaje ficticio?


Los personajes ficticios son personas, incluso los personajes no humanos de la fantasía o las fábulas. Y como personas que son, tienen alegrías, miedos, rabia, disgusto y pena; también tienen aspiraciones, objetivos que quieren cumplir y conflictos con otros personajes que les rodean.

Una persona real tiene tantas capas de complejidad, que dedicar tiempo en una novela para desarrollarlas sin aburrir al lector y además avanzando con la historia es prácticamente imposible. En los perfiles de personajes reales importantes para la historia, se trabaja sobre un objetivo del protagonista (relacionado con quién es o llegó a ser, o algo importante que hizo, sea bueno o malo según el estándar moral y social); y toda la historia del protagonista parece girar en torno a la construcción de ese evento o momento relevante en la vida del protagonista. Entonces todo aquello que no aporta información crucial del personaje para construir su perfil, queda fuera de la historia.

Con un personaje ficticio es igual. Las características del personaje contribuyen de una manera u otra al desarrollo de la historia. Si el personaje tiene mal genio, y su carácter causa conflictos con otros personajes, y esos conflictos son importantes para la historia y para mostrar aspectos de una idea, mundo, evento o personaje(s), pues entonces el mal genio del personaje es relevante para la historia.

Hay ocasiones en que es necesario saber mucho del personaje para poder abordarlo de manera verosímil. Y para lograrlo, hay que construir una ficha completa acerca de sus gustos y disgustos, estatura, colores, formas, experiencias y principales «botones de conflicto» (eventos externos que los hacen tomar decisiones que no siempre son acertadas).

En la Web seguramente encontrarás muchos ejemplos de ficha de personaje, y la mayoría dicen lo mismo; pero algunas veces, luego de hacer un arduo trabajo describiendo a todos los personajes, nos damos cuenta de que hay uno o más que solo están presentes en la historia para causar un conflicto o entregar una solución a un problema, y el resto del tiempo son superfluos o no aparecen para nada en el desarrollo de los acontecimientos; son comodines, y, por lo tanto, son aburridos, son una solución fácil y muestran el pobre juicio del autor.

Para evitar ese momento crítico, hay un par de preguntas que me hago cada vez que creo un personaje, sea protagonista o no, y que podrían serte útiles:


  1. ¿El personaje es un aporte para la historia? (Aporta de alguna manera al desarrollo de los acontecimientos, o a destacar alguna característica positiva/negativa del protagonista o antagonista, o a mostrar un elemento relevante del mundo; o dicho de otra manera, es útil)
  2. ¿El personaje es la causa de un Conflicto (y la o las consecuencias que produce, con sus ramificaciones) o es parte de la Solución a un problema (o ambas)?
  3. ¿El personaje está presente en la historia desde el principio y hasta el final? (Con «presente» me refiero a «presente en la escena» e interactuando, o «ausente de la escena» pero presente «en espíritu» en los pensamientos y diálogos del resto de los personajes)
Si la respuesta a estas tres preguntas es afirmativa, eso significa que conoces bien la historia que quieres contar y que conoces bien al personaje, lo suficiente para que su participación en la historia sea relevante.

¿Personaje principal, secundario o terciario?


No uso tales definiciones, porque lo único que logran es confundirme. Para mí los personajes entran y salen de escena y son importantes a la historia en general. Todos mis personajes son tridimencionales, tienen varias capas de complejidad, incluso si entran y salen rápidamente o si no tienen ni una sola línea de diálogo. Los personajes unidimensionales son útiles, pero son una solución simple y aburrida.

¿Es tu personaje un protagonista o antagonista o personaje dinámico?




El protagonista de la historia es quien tiene más que perder (Batman). El antagonista es el protagonista de su propia historia, y no necesariamente es el malo (Harvey). El protagonista y el antagonista usualmente tienen un mismo objetivo, pero distintos medios para lograrlo, compiten o sencillamente son enemigos (o desean ser el otro, pero no pueden). 

El personaje dinámico es el que desata el conflicto inicial y empuja al protagonista y antagonista para que lo resuelvan, y en cierta forma es el personaje que hace que la historia avance, aunque sea forzando a los demás a moverse (Jocker).

El protagonista es usualmente el punto de vista con el que cuentas la historia. Cuando tienes distintas escenas o capítulos con distintos personajes como punto de vista, esos personajes se convierten en protagonistas de su propia historia. Las novelas grandes y complejas, como Juego de Tronos, tienen una docena de protagonistas y todos son relevantes (hasta que los matan) e incluso después de muertos siguen siendo un aporte.

En mi caso, prefiero un solo protagonista/punto-de-vista. Y tal vez te interese conocer el Arco Argumental de los Personajes.


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